La alcaldesa, Inés Rey, acudió esta tarde en la escuela Técnica Superior de Arquitectura a la presentación del último número de la revista "Archives", dedicada a Manuel Gallego Jorreto, doble Premio Nacional de Arquitectura y que diseñó en la ciudad edificios significativos como el museo de Bellas Artes, con el que, según la regidora, el ourensano consiguió que la zona en que se ubica había hecho las paces. En el acto, a lo que asistió también el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; el rector de la Universidad, Julio Abalde; y el director de A Escola de Arquitectura, Plácido Lizancos, junto a los editores de la revista, el fotógrafo Juan Rodríguez y el arquitecto Carlos Quintáns, Rey recordó que para Jorreto la finalidad última de la arquitectura es hacer feliz al ser humano y que por eso, articula las ideas de manera que sus edificios ayudan a dibujar sonrisas. Sigue la premisa de que estos tienen que ser de todos y entiende que su obra puede cambiar la vida de lo que crece al lado.

La alcaldesa explicó que esos principios fueron los que lo llevaron a la facultad de Ciencias Sociales en Elviña, "en que planeó recuperar la fachada porque no había un espacio común para el intercambio de apuntes y para socializar. Él lo creó en forma de pasillo con ventanas". Rey recordó que Gallego llegó a la ciudad en el momento en que la modernidad y la tradición pedían un pacto no agresivo, "justo cuando esta escuela empezaba a andar y se conformaba el colegio de arquitectos de Galicia".

Rey repasó el hecho en una Coruña que atendió a materiales innovadores como el vidrio dentro de bloques que se organizan amables y que pasan desapercibidos como es el caso del Museo de Arte Sacro, en la plaza de la Colegiata, donde Manuel Gallego ordena la historia en una escalera. La alcaldesa nombró otros trabajos como los de la biblioteca del castillo de San Antón, la facultad de Económicas, el proyecto del castro de Elviña y la rehabilitación del teatro Rosalía de Castro y recordó a arquitectos de la talla de Ramón Vázquez Molezún, Ternero o Julio Galán Carvajal, junto a los actuales que igual que Jorreto piensan la ciudad como un lugar donde los edificios no chillan, "sino que rumorean cosas al oído y uno sonríe al verlos".